GUÍA 8 PERÍODO 2 - palabras polisémicas

 

GUÍA 8 PERÍODO 2

 

 

Nombre EE: I.E. La Independencia

Docente: Maryori García Díaz                       

Grado: 6-2,6-3 y 6-4

Área: Humanidades, Lengua Castellana                                               

Fecha de recibido: 29 de septiembre                            

Fecha de entrega: 5 de Octubre           

Nombre del estudiante:                      

Objetivo de aprendizaje: reconocer palabras que por su variedad de significados se pueden utilizar en diferentes contextos.

 

 

INTRODUCCIÓN

 

Un cordial saludo apreciada y apreciado estudiante, bienvenidos a una nueva clase de Lengua castellana. En esta nueva guía para el grado sexto identificaremos y comprenderemos palabras que tienen varios significados (palabras polisémicas)

 

El recurso que usaremos para acercarnos a este aprendizaje será el contenido de la presente guía.

Materiales

Ø  Diccionario de español

Ø  Hoja de block

Ø  Lápiz

Ø  Regla

Ø  Colores

 

Recuerda enviar las evidencias de tu trabajo al siguiente número de Whatsapp:    

3152385087

 

 

 

¿Qué voy a aprender?

 

Para comenzar, adivina que palabra falta en cada una de las dos oraciones siguientes para que ambas tengan coherencia. Debes utilizar la misma palabra para las dos oraciones.

 

Ø  Ese_______ se comió mi queso

Ø  El_________ no funciona por eso no pude utilizar el computador

 

Lo que estoy aprendiendo

 

PALABRAS POLISÉMICAS

Para comprender qué es una palabra polisémica observa la siguiente explicación. La palabra polisémica está formada por dos raíces griegas que son:

Poli: significa muchos, varios, etc..

Sema: quiere decir significado. Por lo tanto, podemos deducir que las palabras polisémicas son aquellas palabras que tienen varios significados; por consiguiente, se pueden utilizar en diferentes contextos como la palabra del ejercicio anterior.

Ahora analiza algunas palabras polisémicas utilizadas en diferentes contextos

 

Palabra polisémica

Ejemplos

 

Banco

-Pedí un préstamo en el banco BBVA

-Siéntate en ese banco

 

Cabeza

-Ese golpe en la cabeza me hizo gritar

-Mi madre es la cabeza de la familia

Café

-Sus ojos son café

-Yo no tomo café en la noche

Cura

-el cura predicó esta mañana

-ese mal no tiene cura

Derecho

-Estudiaré derecho y seré un gran abogado

-Siga derecho por esa calle

Muñeca

-Tengo una herida en la muñeca

-Compra una muñeca para la niña

Estación

-El verano es la estación más calurosa del año

-disculpe! ¿Dónde queda la estación del tren?

Canal

-Cambia de canal, ese programa no me gusta

-cruzamos el canal de Panamá

Papel

-El cumple un papel muy importante para el equipo

-hicimos la cartelera en papel cartón

heroína

-La heroína es perjudicial para la salud

-la heroína Policarpa

Cuadro

 

-Mi espejo tiene la forma de un cuadro

-en la exposición de arte vi lindos cuadros de La mona Lisa

 

 

Practico lo que aprendí

 

Después de analizar lo que son las palabras polisémicas vamos a poner en práctica lo aprendido resolviendo los siguientes ejercicios.

 

Ejercicio 1.

Busca en un diccionario 5 palabras polisémicas, anótalas en tu cuaderno y escribe dos oraciones con cada una de ellas. Para cada par de oración debes utilizar la palabra polisémica en diferentes contextos. Observa el ejemplo

 

Vela: 1. fuente de iluminación: Ejemplo: está todo muy oscuro, enciende las velas. 2. Parte superior de un barco con un paño que sirve para impulsar la embarcación con la ayuda del viento. Ejemplo: suban las velas quiero llegar pronto a la isla.

 

Ejercicio 2

Explica el significado o sentido de la palabra puente en cada una de las siguientes oraciones

 

Ø  El odontólogo le hizo un puente en la boca a mi tía

Ø  El mes de septiembre no tiene puente

Ø  El nuevo puente no soportará tanto peso

Ejercicio 3

Lee el siguiente chiste y explica por qué se generó la confusión

El capitán del barco ordenó que se subieran las velas y los de abajo se quedaron sin luz.

 


¿Qué aprendí?

 

¡Es momento de leer! Hoy continuaremos con la lectura del libro Mi amigo el pintor. Para la clase de esta semana nos corresponde leer el capítulo 4 titulado jueves.

 Lee detenidamente el capítulo y resuelve las actividades que se encuentran a continuación de la lectura.

 

Jueves

 

En mi carpeta hay una pintura que es toda de color morriña, y delante hay tres personas: una blanca y dos azules. Su cara está medio borrosa, y muchas veces me quedé pensando si era cara de hombre o de mujer.

Bien querría saber yo lo que mi Amigo estaba pensando cuando pintó esas tres figuras. Porque ayer soñé con ellas. Pero me desperté tarde y salí corriendo (estamos ensayando una obra de teatro en la escuela y tenía ensayo por la mañana) 1. Y cuando el ensayo acabó, me había olvidado del sueño. Sólo me acordaba de los colores y de las tres figuras, pero no sabía ya lo que había ocurrido.

Qué cosa rara es el sueño; uno se despierta con ese montón de cosas ocurridas dentro de uno y de inmediato, ¡puf!, se olvida.

Resolví esperar para ver si me acordaba de nuevo. Pero no lo conseguí.

De tanto querer recordar esa noche, soñé otra vez con el mismo color y con esas tres figuras. Ahora no puedo saber si es repetición o no del primer sueño.

Paciencia: deja que cuente enseguida el segundo sueño antes de que él también desaparezca.

El telón era de color morriña. Yo estaba en el teatro mirándolo, y cuando se abrió el escenario estaba vacío: no había decorados, ni una silla ni nada.

Pero el escenario era todo del color del telón, y quien se sentaba en el teatro se quedaba mirando, pues, sólo a la morriña y nada más.

El reloj comenzó a sonar bonito.

 

1 Después de aceptar participar en la obra me arrepentí. Yo no quiero ser actor: soy medio vergonzoso. Lo que quiero es ser pintor.

Conté doce toques.

No se podía saber si era mediodía o medianoche: el color ya no fue ni de noche ni de día.

Y después de que el reloj dejó de sonar, las tres figuras entraron en el escenario. Del mismo tamaño, las tres andando muy juntas, una blanca y dos azules: y bastó que mirase la blanca para ver enseguida que era mi Amigo Pintor haciendo el papel de fantasma. ¿Y sabes?: me quedé afligido.

Las otras dos figuras no sabían qué papel harían. Pero eran de un azul tan vivo, tan fuerte, que echaban brillo en el escenario y hacían que el color morriña se pusiese más fuerte. Y más fuerte también dentro de mí.

Mirando a mi Amigo convertido en fantasma, y sintiendo y viendo aquel morriña fuerte, no aguanté más: me eché a llorar.

Un llanto grande a rabiar.

Todo el mundo en la platea comenzó a hacer:

—¡Chis!

—¡¡Chis!!

—¡¡¡Chiiiiiiis!!!

Y yo que lloraba cada vez más fuerte. ¡Vaya, qué vergüenza!

Mi Amigo se había quedado quieto en el escenario. Él y las otras dos. Sin moverse ni decir nada.

El público fue perdiendo la paciencia; comenzó a aplaudir, a patalear, a silbar. Y nada de que la representación comenzase.

Aquello me pareció tan raro que dejé de llorar. Miré a mi Amigo. Él sacó la mano del bolsillo (yo estaba sentado bien atrás, pero pude ver que la mano era la suya: estaba sucia de tinta y sujetaba un pincel), y me hizo señas con el pincel.

La platea dejó de patalear y de silbar; me miró. Me levanté y fue hacia el escenario. Mis piernas temblaban tanto que apenas podía andar. No sé si era vergüenza por ver a todo el mundo que me miraba, o si era miedo de acercarme a mi Amigo convertido en fantasma.

Pero me acerqué. Y me dijo cuchicheando:

—¿Y ahora, Claudio?

—¿Ahora qué?

—No sé representar a un fantasma: ¿qué hago? No sé lo que decir.

Mi corazón dio un salto. Pregunté en un cuchicheo muy bajo:

—Pero ¿no ensayaste la obra?

Dijo que no con un gesto.

—¿No memorizaste el papel?

—No me dio tiempo. Me metieron esta ropa, me empujaron al escenario y dijeron: ahora eres un fantasma. Y listo.

—¡Uf!

El público se puso de nuevo a patalear.

—Diles a ellas que representen —musité.

—¿Quiénes?

—Esas dos que están ahí a tu lado.

—Ya se lo he dicho. Dijeron que son el coro.

—¿Qué?

—El papel de ellas es comentar mi historia. Si yo no cuento mi historia, no tienen nada para comentar.

—¡Vaya!

—¿Y ahora, Claudio? ¿Qué digo? ¿Qué hago? Mira, está todo el mundo esperando; están comenzando a gritar.

—¡Vete! Di que no quieres ser fantasma.

—No puedo.

—¡¿Por qué?!

—Estoy preso: cosieron mi ropa con la ropa de ellas.

Me puse detrás de mi Amigo para ver si descosía el blanco del azul sin que nadie se diese cuenta. A lo mejor...

—¡No está cosido! —dije—. Está pintado.

—Ah, entonces no se va a poder separar.

Comenzó una furiosa protesta en la platea; un grupo de gente gritaba: «¿Qué pasa? ¿Comienza la función o no comienza?»

Me puse tan nervioso que comencé a llorar de nuevo. Mi Amigo se aterrorizó:

—¡No es hora de llorar, es hora de que me ayudes! ¡Ayúdame, ayúdame!

Tenía que inventar algo deprisa para salvar a mi Amigo.

Respiré hondo como hace la gente cuando se zambulle, fui hacia la parte delantera del escenario y comencé a cantar el himno nacional.

El público dejó de gritar. Comenzó a acompañarme en el canto. Eso me daba tiempo para pensar en lo que diría.

El himno acabó. Todo el mundo aplaudió. Yo dije:

—Distinguido público, atención: os voy a contar la historia de ese fantasma. Es una historia corta porque él es un fantasma recién muerto. Se convirtió en fantasma porque equivocó el momento de su muerte. Nunca había pensado que eso pudiese suceder. Pero sucedió. El debía morir sólo cuando fuese viejísimo, pero era un artista, era un pintor (mirad el pincel en su mano), tenía la manía de vivir pensando en colores. Se despertaba, y en vez de decir, como todo el mundo, estoy triste, estoy contento, se expresaba así:

Hoy estoy morado. ¡Hoy me he puesto tan amarillo! Hoy desperté medio morado, pero me fui amarilleando hacia el atardecer.

»Para él, la cosa que tenía más color de muerte era la neblina. A veces, cuando por la mañana había un cielo azul, pero por la tarde se ponía nublado, decía:

Hoy por la mañana hizo vida, pero ahora está haciendo un poco de ganas de morir.

»Y así, un día de ésos, hizo una neblina la mar de fuerte. El Pintor miraba por la ventana de su apartamento, sólo veía esa neblina tapando todos los colores, y decía como solía decir: hoy está haciendo un poco de ganas de morir.

»Una neblina tan fuerte casi siempre pasa enseguida. Pero esa vez no pasó: era una neblina larga, que duró toda la tarde y también la noche entera. A todas horas el Pintor miraba por la ventana. Y ni asomo de que las ganas de morir acabasen. Por eso se equivocó: pensó que nunca más se pasarían esas ganas y resolvió, pues, matar las ganas.

»Un error sin sentido: al día siguiente amaneció con un bonito cielo azul.

»Pero el Pintor ya se había convertido en fantasma.

En cuanto acabé la historia del fantasma, me volví disimuladamente hacia la figura azul más cercana y le susurré:

—Listo, ya está la historia. Comenta. Habla. Di cualquier cosa.

 

¡Para qué! Las dos me miraron furiosas a tope y la azul más fuerte cuchicheó:

—Nosotras no nos equivocamos como él, no: memorizamos el papel, ensayamos la obra, sabemos de pe a pa lo que hay que decir.

—¡¡Dilo, pues!!

—Pero lo que memorizamos para comentar no tiene nada que ver con esa historia que has contado.

Y se quedaron requeteenfurruñadas y sin abrir la boca.

El público se puso a protestar de nuevo.

Un tío se levantó y preguntó:

—¿Me quieres hacer el favor de explicar qué están haciendo esos actores, allí parados y sin representar ni hacer nada?

Me iluminé y respondí:

—Están representando un cuadro vivo. ¡Eso es! ¿Acaso usted no se ha dado cuenta todavía? Han venido aquí para mostrar un cuadro de este Pintor. Y un cuadro está para que la gente lo mire y no para escucharlo.

Y cuando se iba calmando un poco, el fastidioso me preguntó:

—¿Por qué, pues, has contado la historia del fantasma?

No me iluminé de nuevo. Me quedé trabado.

Mi Amigo me sopló:

—Di que se debe a que hay una neblina muy grande y que es para que ellos tengan cuidado y no se equivoquen como yo.

—Porque hay una neblina muy grande y es para que tengáis cuidado y no os equivoquéis como yo, quiero decir, como él.

Y en ese momento me desperté.

Como para no despertarse: con ese tío que me apuraba y todo el mundo que me miraba, no se podía aguantar más. 

 

Ejercicio 4

Vuelve a los siguientes dos fragmentos del capítulo de hoy y encuentra en cada fragmento la palabra polisémica. Luego explica el significado de la palabra en ese fragmento

 

Fragmento 1

Del mismo tamaño, las tres andando muy juntas, una blanca y dos azules: y bastó que mirase la blanca para ver enseguida que era mi Amigo Pintor haciendo el papel de fantasma. ¿Y sabes?: me quedé afligido.

 

Fragmento 2

Están representando un cuadro vivo. ¡Eso es! ¿Acaso usted no se ha dado cuenta todavía? Han venido aquí para mostrar un cuadro de este Pintor. Y un cuadro está para que la gente lo mire y no para escucharlo.

 

Ejercicio 5

 

En la hoja de papel bond elabora una historieta de mínimo 6 viñetas. Las viñetas son los cuadros o ventanas que conforman la historieta. En esta historieta debes resumir el capítulo cuatro jueves, resaltando allí lo más importante para ti de este capítulo. Recuerda ilustrar tu historieta con dibujos y colores llamativos.

 

 

 

 

 

 

 

¿Qué aprendí?

 

Para finalizar, responde las siguientes preguntas

·         ¿Cómo te sentiste haciendo esta guía?

·         ¿Sientes que aprendiste sobre las palabras polisémicas?

·         ¿Tienes alguna sugerencia para hacerme?

 

 

 

 

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